Varapalo fiscal en Sociedades para las empresas exportadoras

La reforma fiscal que ya tramita el Senado elimina las deducciones que podían aplicarse las Uniones Temporales de Empresas (UTE) exportadoras, una fórmula muy extendida entre las compañías a la hora de emprender proyectos en el exterior. Se trata de un recorte en el Impuesto sobre Sociedades que prevé la reforma que ha pasado inadvertido entre las críticas a los ajustes del proyecto que modifica la ley de este impuesto pero que están denunciando las empresas afectadas y sus asesores, ya que supone un golpe a la actividad exportadora, que el Gobierno ha asegurado en repetidas ocasiones que quiere potenciar, en un momento en el que precisamente ésta cae.

Así, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, afirmaba a finales de 2013 que el sector exportador español tenía en ese momento un peso del 34% del PIB, tras ocupar un 25% en el 2007, y que el Gobierno impulsaba medidas para que creciera hasta el 40% “en un plazo no muy alejado de tiempo”. Incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó así su optimismo en su cuenta de Twitter el pasado 24 de abril: “El sector exterior está desempeñando un papel clave en la recuperación de la economía española. Avanzamos”.

Además, el Icex, presidido por el propio García-Legaz, está a punto de lanzar un programa denominado Icex Consolida para ayudar a las empresas ya instaladas en el exterior, para que no interrumpan su actividad exportadora.

Sin embargo, la reforma fiscal suprime un párrafo del artículo 50 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades que establece que las UTE podrán acogerse al “método exento por las rentas procedentes del extranjero”. Esta modalidad es muy utilizada por empresas de construcción y de ingeniería como FCC, Ferrovial o Técnicas Reunidas. Los pasos a seguir son los siguientes: se constituye la UTE en España, ésta realiza la obra en el extranjero, factura servicios y mercancías, y se trae los ingresos a España. En el exterior no tributaba porque era un gasto y en España tampoco por la citada exención.

Este artículo era un potentísimo incentivo que fomentaba la exportación y que estaba siendo atacado por la Inspección de Hacienda porque había abusos, cuentan fuentes jurídicas consultadas, que lamentan que con esta medida “paguen justos por pecadores”. De esta forma, la reforma fiscal equipara a las UTE con el resto de empresas.

Otras fuentes jurídicas se plantean además la duda de si lo que se está haciendo es introducir la medida con carácter retroactivo, o parcialmente retroactivo (porque se tienen cuenta en la tributación del hecho imponible circunstancias de hecho que ocurrieron en el pasado, cuando el tratamiento fiscal era distinto), lo que consideran objetable puesto que muchos modelos seguramente tuvieron en cuenta una tributación distinta de las ganancias ocurridas después de la pérdida imputada.

Fuentes próximas a las compañías afectadas por el recorte a las UTE han transmitido su preocupación a Hacienda y no descartan que pueda haber cambios en las enmiendas a la reforma fiscal en el Senado, cuyo primer plazo acaba el próximo 24 de octubre.

Una de las particularidades de las UTE, la transparencia, sí se mantiene. Las rentas negativas y positivas se las imputan los socios, según establece el artículo 43.1 b número tercero de la ley, porque las UTE que empiezan a operar no tienen ganancias y no pueden compensar las pérdidas.

La reforma fiscal rebajará el tipo nominal del Impuesto sobre Sociedades del 30% al 28% en 2015 y al 25% en 2016, y mantiene todos los recortes de deducciones que viene lanzando desde 2012 y añade algunos nuevos como el de las UTE. Todos los ajustes de Sociedades, incluso los que eran transitorios y acababan el 31 de diciembre de 2014 y de 2015, se convierten en permanentes. Según Hacienda, generan cerca de 9.000 millones de euros al año, a los que ahora habrá que sumar los nuevos ajustes.

Tanto es así, que el Fisco prevé que la recaudación de este tributo se incremente un 20,4% en 2015, y que sea el impuesto que más ingresos proporcione, a pesar de la bajada de tipos.

Sin embargo, el Proyecto de reforma de Sociedades que ha entrado en las Cortes ha matizado la nueva poda de incentivos que proponía el Anteproyecto pero, de momento, los cambios son de menor calado que los que alentaban las empresas.