Los desafíos de las empresas ante la llegada del impuesto mínimo

La llegada de la reforma internacional obliga a las compañías a adaptar su contabilidad y sus procesos, con el correspondiente coste. El cambio plantea retos en tecnología, datos y recursos humanos.

La llegada de la reforma fiscal internacional de la OCDE, que exige un tipo efectivo mínimo del 15%, está poniendo a prueba a los departamentos fiscales de las compañías. El nuevo paradigma, sin precedentes en los últimos años y que afectará a grupos con un importe de cifra de negocios superior a los 750 millones de euros, obliga a las empresas a un importante cambio operacional para cumplir con la normativa, que estará en pleno funcionamiento ya este año, cuando entre en vigor la Regla de Inclusión de Rentas y el Impuesto Complementario Nacional Admisible (UTPR, y QDMTT, por sus siglas en inglés).

Aunque la primera declaración de este nuevo sistema de imposición global mínima -llamado Pilar II- no será hasta junio de 2026, las empresas tienen que preparar ya la llegada de una reforma que impactará de lleno tanto en su operativa fiscal, como en sus recursos humanos, tecnología y datos. Uno de los grandes los desafíos es la contabilidad.

"Estamos viendo que determinados grupos tienen la función financiera y fiscal muy descentralizada", explica Mar Sánchez Mercader, directora de Fiscalidad Internacional en PwC Tax & Legal. "Donde opera esa descentralización, las filiales del grupo localizadas en países ajenos al de residencia de la entidad matriz operan de modo autónomo. Pilar II demanda, sin embargo, una coordinación considerable entre las distintas entidades del grupo que resulte afectado por la norma y, en particular, entre la entidad matriz y sus filiales. Por ello,es necesaria una reflexión sobre la posibilidad de mantener con éxito esa descentralización, no sólo fiscal sino también financiera; descentralización que, en mi opinión, difícilmente puede mantenerse bajo el prisma de Pilar II", añade.

Los desafíos de adaptación no terminan ahí. "Es un cambio muy significativo y transversal", apunta Javier González Carcedo, socio de la firma. "Las empresas deberán evaluar sus procesos actuales de reporting y compliance al objeto de verificar si son suficientes para dar correcto cumplimiento a las nuevas obligaciones derivadas de la norma. Asimismo, habrán de convivir con la aprobación de las normas locales que se vaya sucediendo en los distintos países en que el grupo opere, con las potenciales divergencias que dichas normas puedan presentar frente al enfoque global previamente adoptado por el grupo", añade.

Estos expertos recomiendan la revisión de los procesos actuales vigentes en el grupo en todo aquello que pueda afectar a Pilar II para identificar cualquier laguna o cambio necesario. Además, destacan la importancia de establecer una gobernanza, supervisión y controles globales respecto del proyecto de implementación.

Tecnología

"La tecnología juega un papel transversal a todos los desafíos de esta transformación", apostilla Mar Sánchez Mercader. La especialista y Javier González Carcedo destacan la importancia que tendrá la gestión de los datos fiscales de las compañías. Los fiscalistas explican que habrá que gestionar alrededor de 250 datos por entidad. "La cantidad de información que será potencialmente requerida va a necesitar de tecnología para automatizar tanto la recopilación y el tratamiento de estos datos", señala Carcedo.

Los especialistas entienden que esto implicará la definición de una estrategia de datos end-to-end. Es decir, el diseño de un plan que permita y garantice un flujo de datos desde los sistemas de origen a través de las aplicaciones posteriores y, en última instancia, hasta el reporting, la analítica y las declaraciones. "Las empresas deben trabajar en la identificación de oportunidades de automatización para agilizar la recopilación, la racionalización y la reconciliación de datos", añaden.

Por otra parte, la reforma impactará también en los distintos grupos de trabajadores afectados. Los fiscalistas de PwC Tax & Legal recomiendan implicar a todas las partes afectadas, no solamente a nivel matriz sino también a nivel local en cada uno de los países donde el grupo opere, garantizando así una combinación adecuada de conocimientos técnicos suficiente para abordar Pilar II.

 

Fuente: www.expansion.es

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