Las autonomías disparan los tributos propios

Bajo el paraguas verde, las comunidades autónomas han tejido un variopinto mapa de impuestos propios. La crisis ha afinado el ingenio recaudatorio y el pretexto de desincentivar algunas malas prácticas ha dado pie a 56 tributos. De hecho, sólo en 2011 se han creado seis nuevas figuras y se han revisado otras 19 que ya existían. En sentido estricto, los tributos que gravan el saneamiento del agua, los residuos, los vertidos, cualquier otro aprovechamiento del medio ambiente o, incluso, el juego tienen en sí mismo un sentido extrafiscal. Es decir, su razón de ser no es recaudar sino acabar con una mala práctica o, en su defecto, pagar las consecuencias que ésta tiene. Por ejemplo, los cánones sobre el agua son finalistas: financiar la depuración de las aguas. No obstante, las autonomías recaudan más de 600 millones por estas vías, según datos Ministerio de Hacienda. Y la tendencia es creciente. En primer lugar, por la necesidad imperiosa de recursos para equilibrar el déficit. Y, en segundo, porque son mucho más fáciles de vender a la opinión pública que una subida del Impuesto sobre la Renta. Sin ir más lejos, la Junta de Andalucía y Cantabria han implantado un impuesto sobre las bolsas de plástico de unsólo uso.La justificación es ambiental: forzar a la gente a que deje de usarlas. Pero hasta que eso ocurra, la Junta de Andalucía prevé ingresar 50 millones de euros este año y100 millones el próximo.Un jugoso botín en plena penuria de las cuentas públicas. En la práctica, el contribuyente tiende a acostumbrarse a pagar este tipo de tributos y Hacienda sale ganando. Andalucía y Asturias lideran el ránking de tributos propios con seis cada una. En el lado opuesto, Castilla y León es la única autonomía que aún no ha utilizado su capacidad normativa en este campo. En 2011, la Junta que preside José Antonio Griñán ha creado la nueva tasa sobre las bolsas de plástico, u impuesto sobre los depósitos en Entidades de Crédito y un canon de mejoras hidráulicas. Asturias creo un impuesto sobre el desarrollo de determinadas actividades que inciden en el medio ambiente. Cantabria se sumó a la iniciativa de las bolsas y las Islas Canarias han lanzado un nuevo tributo sobre las Labores del tabaco. Poco recorrido Además, Cataluña, Cantabria, Aragón, La Rioja, Murcia, Asturias, Galicia y Valencia han actualizado sus tributos sobre el agua y el saneamiento. Cataluña revisó el de protección civil; Galicia el canon eólico, el agua embalsada y el impuesto del bingo; Murcia y Andalucía hicieron lo propio con los tributos de residuos; Aragón, su impuesto de transporte por cable; Extremadura, los de aprovechamiento cinegético, los depósitos bancarios; y Castilla- La Mancha revisó el de actividades medio ambientales. También existen figuras que gravan la emisión de gases, el juego (en cinco autonomías), la instalación de hipermercados, los vertidos al litoral o el bingo. Además, de los recargos en el Impuesto de Actividades Económicas de Asturias, Cantabria, La Rioja, Murcia o Madrid. El campo de los tributos propios está bastante trillado. La tendencia de los gobiernos a buscar nuevas fuentes de ingresos bajo la máscara ambiental puede tener su límite, ya que es muy dificil encontrar nuevos hechos imponibles sin distorsionar los mercados. De hecho, algunos de estos impuestos han acabado recurridos ante la Justicia.

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