El cruce de correspondencia entre París, Bruselas y Berlín es el mejor ejemplo de que la cumbre que comienza esta noche tiene un objetivo común pero varias formas de abordarlo. La reforma del Tratado de Lisboa se ha convertido en el eje de la salvación del euro, aunque nadie está seguro de que a corto plazo vaya a resolver los problemas de la Eurozona. Al menos, Alemania y Francia ya han concretado su posición conjunta en una carta que ayer envió la presidencia francesa al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la que piden la armonización del Impuesto de Sociedades como base de una mayor unidad fiscal. La alianza de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy insiste en la necesidad de reformar los Tratados de tal modo que las nuevas reglas de supervisión y control presupuestario afecten a los Veintisiete, aunque sigue dejando la puerta abierta a un acuerdo intergubernamental en la zona euro. «La crisis actual ha puesto en evidencia las lagunas de la arquitectura de la Unión Monetaria», señala la misiva, donde se insiste en que el refuerzo de la disciplina fiscal debe hacerse «sin demora» para garantizar la credibilidad y la confianza de Europa. A fin de lograr una mayor disciplina, ambos mandatarios proponen reforzar los poderes de las instituciones europeas para intervenir en los presupuestos nacionales de los Estados miembros que no cumplan con los requisitos exigidos. Este punto es uno de los más comprometidos, porque algunos países, como Reino Unido, son contrarios a ceder su soberanía en favor de la Comisión Europea. Además, París y Berlín proponen endurecer los mecanismos sancionadores para quienes sobrepasen el 3% de déficit, de tal modo que las multas sólo se puedan bloquear con una mayoría cualificada de tres cuartos. En realidad, este procedimiento sancionador ya está registrado en el paquete legislativo de gobernanza económica que entrará en vigor el próximo martes, aunque la propuesta franco-alemana da un paso más y quiere incluir esta cláusula en el mismo Tratado de Lisboa; es decir, en el mecanismo de funcionamiento de la Unión Europea. Otra idea que defienden ambos líderes, y que coincide con la propuesta de Van Rompuy, es adelantar la creación del fondo de rescate permanente a mediados de 2012, con lo que conviviría durante un año con el actual mecanismo en funcionamiento. También coinciden en la necesidad de cambiar el sistema de voto para que entre en acción este fondo, que hasta ahora requería la unanimidad de todos los países del euro. Sobre la mesa está una propuesta de que sea suficiente con la conformidad del 85% de los Estados miembros. Merkel y Sarkozy, además, reiteran que la quita que la banca ha tenido que asumir en rescate griego es «única y excepcional » y aseguran que la zona euro devolverá todo lo que debe a los inversores privados.
Un solo impuesto de sociedades para toda la UE.
Asesoramiento fiscal
Servicios jurídicos
Servicios laborales
Internacional
© Copyright 2025 | Aviso Legal | Política de cookies | Condiciones de uso | Política de privacidad de redes sociales | Politica de privacidad
© Copyright 2024 | Aviso Legal | Política de cookies | Política
de privacidad de redes sociales | Política de privacidad
Contáctanos