¿Nuevo Impuesto? España, a la cabeza en gravar las fortunas

Los impuestos sobre el patrimonio se han derogado o reducido en la UE durante las últimas décadas. España, de los pocos países que gravan los activos patrimoniales.

"Vamos a gravar a quienes tienen en el banco suficiente dinero para vivir 100 vidas". Con esta frase, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sacudido de nuevo los cimientos de la fiscalidad patrimonial en España, una rara avis en los países del entorno. El país, ya recauda un Impuesto sobre el Patrimonio y es de los pocos que lo hace.

Los impuestos sobre el patrimonio se han derogado o reducido en la UE durante las últimas décadas, sobre todo por el problema de la fuga de capitales. En realidad, en toda Europa, incluidos los países que no son socios comunitarios, el Impuesto sobre Patrimonio solamente existe, además de en España, en Noruega y Suiza. Francia abolió su impuesto en 2018 y lo reemplazó por uno exclusivo sobre el patrimonio inmobiliario.

Italia solamente grava los activos financieros mantenidos en el extranjero sin intermediarios italianos por contribuyentes residentes. Desde 2021, Bélgica cuenta con un impuesto de solidaridad. En los Países Bajos, el valor del patrimonio neto, excluida la residencia principal y las participaciones sustanciales en empresas, está incluido en el impuesto sobre la renta.

¿Cómo funciona este Impuesto sobre Patrimonio? Complementa al IRPF. La base imponible se determina considerando el valor de los bienes y derechos, así como las cargas y deudas, aplicando criterios específicos para la valoración de inmuebles, lo que también ha levantado ríos de tinta en el ámbito jurisprudencial. El ámbito de aplicación del impuesto es amplio, abarcando todo el territorio español, y se distingue entre diferentes modalidades de obligación tributaria según la residencia del sujeto pasivo.

"El Impuesto sobre el Patrimonio neto en España es un impuesto progresivo", explica Cristina Enache, experta de Tax Foundation, secretaria general de la Asociación Mundial de Contribuyentes y directora general de la Unión de Contribuyentes de España. "El tipo impositivo varía entre el 0,16% (en Navarra) y el 3,5% sobre los activos patrimoniales superiores a 700.000 euros, con tipos que varían sustancialmente entre las distintas comunidades autónomas de España (Madrid, Andalucía, Cantabria y Extremadura ofrecen una exención del 100%). Los residentes españoles están sujetos al impuesto a nivel mundial, mientras que los no residentes pagan el impuesto solo sobre los activos ubicados en España", añade.

Otra vuelta de tuerca

A pesar de que España es prácticamente el único país del entorno que utiliza esta figura fiscal, en 2022 el Gobierno aprobó un segundo impuesto sobre el patrimonio: el llamado Impuesto temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas.

Este nuevo impuesto supone aplicar un tipo del 1,7% a los patrimonios de 3 a 5 millones, con un mínimo exento de 700.000 euros, lo que en la práctica afecta a los patrimonios superiores a 3,7 millones de euros. Otro tipo del 2,1% desde los 5 a los 10 millones; y del 3,5% para las fortunas que superen los 10 millones de euros. La medida afecta al patrimonio registrado a 31 de diciembre.

Pese a que el Gobierno dio una previsión inicial de recaudación de 1.500 millones de euros, el impuesto recaudó 623 millones de euros en 2023.

Para evitar la doble imposición, los contribuyentes del Impuesto de Solidaridad solo tributan por la parte de su patrimonio que no haya sido gravado por su comunidad autónoma en el Impuesto sobre el Patrimonio. De esta forma, en el Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas se aplica una deducción de la cuota satisfecha en el Impuesto sobre el Patrimonio. Eso es, se descuenta del pago de este nuevo impuesto lo abonado en el Impuesto sobre el Patrimonio.

La recaudación total por el Impuesto de Solidaridad de Grandes Fortunas y por el Impuesto sobre el Patrimonio asciende en 2023 a más de 1.868 millones de euros.

La mayor parte de los contribuyentes del Impuesto de Solidaridad de Grandes Fortunas residen en comunidades que han renunciado a recaudar el Impuesto sobre el Patrimonio.

Así, de los de los 12.010 declarantes, la mayoría corresponde a grandes patrimonios de Madrid (10.302 contribuyentes), que han aportado 555 millones de euros. Les siguen los contribuyentes de elevado patrimonio de Andalucía (865), que han abonado 29,7 millones; y los grandes patrimonios de Galicia (91), con una cuota a pagar de 9,8 millones. Las tres comunidades suman más del 95% de los contribuyentes y de la recaudación.

La peculiaridad del impuesto sobre patrimonio español, sumado ahora a los impuestos de solidaridad a las grandes fortunas, es algo que tienen que explicar los abogados a sus clientes cuando llegan a España. "El impacto de la imposición sobre el patrimonio, incluido el impuesto de solidaridad, es uno de los factores a tener en cuenta en el momento de hacer una inversión en España por una persona física no residente", subraya Miguel Bastida, socio de Consultoría Fiscal, Litigio Fiscal y Private Clients de Chevez Ruiz Zamarripa, que cuenta con una gran cartera de clientes e inversores extranjeros.

"Es posible que también haya que hacer una previa labor didáctica, porque los impuestos sobre el patrimonio no existen en todos los países y por ello es importante que el inversor extranjero sea conocedor del impacto que puede tener", añade Bastida.

 

Fuente: www.expansion.es

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