Las diputaciones forales adaptarán el próximo año la tarifa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a la inflación con el fin de que los contribuyentes no sufran un aumento encubierto de la presión fiscal. Con esta medida, consensuada el jueves en el Consejo Vasco de Finanzas y sobre la que ayer informó el diputado alavés de Hacienda, José Luis Cimiano, los entes forales regresan a la política habitual en esta materia, que fue suspendida el pasado año. Otra de las decisiones adoptadas se refiere a la aplicación de medidas que favorezcan a los parados y pensionistas. La adaptación del IRPF a la inflación, intervención que se conoce como 'deflactación' de la tarifa de este impuesto, deberá ser aprobada oficialmente en el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) antes de que las diputaciones la incluyan en sus proyectos de presupuestos para 2011, con el fin de aplicarla a partir del 1 de enero del ejercicio que viene. Su efecto debería ser inmediato en las retenciones de las nóminas de asalariados y pensionistas. La decisión de elevar los tramos de la tarifa y de las deducciones en un 2%, que fue la cifra decidida, supondrá que aquellos contribuyentes que hayan visto elevados sus ingresos en esa proporción pagarán el mismo porcentaje de su renta en impuestos. Sin embargo, dada la situación de crisis y de ajuste generalizado en la economía, muchas personas, en especial pensionistas y asalariados, pueden ver crecer sus ingresos aunque sufran la congelación de sus retribuciones. Esta será la situación de una parte importante de los trabajadores, dado que sus sueldos permanecerán invariables a comienzos del año que viene al no haberse renovado sus convenios colectivos. De hecho, esa congelación ya ha sido muy amplia este año por la misma causa. Una vía discreta Mantener las tarifas del IRPF es una vía discreta, pasiva y bastante habitual que utilizan las autoridades fiscales para elevar el impuesto sobre la renta. Basta con no hacer nada y dejar que la inflación siga su curso. Los salarios y las pensiones crecen generalmente de forma paralela a los precios, lo cual los impulsa al siguiente escalón de la tarifa del impuesto, que paga un mayor porcentaje. Esto fue lo que sucedió el pasado año en los tres territorios forales de la comunidad autónoma, donde con la excusa de la crisis y de la fuerte caída de la recaudación, la tarifa del IRPF no se tocó. Previamente, en 2008, los entes forales habían intentado hacer lo mismo, pero la 'rebelión' en aquella ocasión de pensionistas -uno de los colectivos más perjudicados-, sindicatos y partidos políticos obligó a las haciendas forales a recular y elevar la tarifa en un 2%, lo cual sólo sirvió para cubrir una parte del desfase, dado que la inflación fue ese año del 4,1%. Por otro lado, Cimiano informó también de que los parados y pensionistas podrían tener un tratamiento diferencial en el IRPF de 2011, bien mediante una bonificación o a través de una asignación de renta inferior a la real. El objetivo no es otro que aliviar la situación de estos dos colectivos por medio de una compensación económica que palíe en parte la congelación de las pensiones decretada para el año que viene por el Gobierno de Zapatero, o la situación de desempleo, en el caso de los parados.
Las diputaciones acuerdan ajustar el IRPF para adaptarlo a la inflación
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