La huelga general de hoy en teoría protesta por la reforma laboral del Gobierno, una reforma que prácticamente no va a afectar a los directivos y ejecutivos de las empresas. Pero eso no significa que los trabajadores del escalón más alto estén contentos con el Ejecutivo de Zapatero. Porque lo que sí les afecta, y mucho, es la subida de impuestos anunciada el viernes pasado, tanto por el nuevo supertramo del IRPF como por la limitación de los beneficios fiscales a los bonus y a las indemnizaciones. La reforma laboral no va a afectar en general a este colectivo porque sus contratos suelen establecer indemnizaciones individualizadas muy por encima de los 45 días por año trabajado que cobra un trabajador normal en caso de despido improcedente. Estas indemnizaciones se justifican por la competitividad del mercado, es decir, como forma de atraer a los ejecutivos con más talento junto a otras compensaciones como el salario, el bonus, el plan de pensiones o el coche de empresa. Y es justamente en esos emolumentos donde incide la subida de impuestos que contendrán los Presupuestos Generales del Estado de 2011. Como es sabido, los que cobren más de 120.000 euros verán incrementado su tipo marginal desde el 43% hasta el 44%, y éste alcanzará el 45% para las rentas superiores a los 175.000 euros. "Esta subida afecta a los directivos que, por mucho que cobren, tienen una nómina con retención y están fichados por Hacienda. Los empresarios y profesionales tributan en sociedades o directamente no declaraban ya los ingresos por encima de esas cantidades", aseguran en un bufete especializado en fiscalidad. 'Palo' a los bonus y las indemnizaciones Pero hay otra medida que ha pasado más desapercibida que puede tener un impacto mucho mayor todavía. Se trata de la limitación a 300.000 euros de la reducción del 40% de la que se benefician ciertas rentas generadas en más de dos años. Es decir, hasta ahora, algunos ingresos que perciben los directivos y que corresponden a varios ejercicios se reducían en un 40% a la hora de declararlas a Hacienda sin límite de cantidad. Esta limtación afecta a los bonus extraordinarios que se perciben por cumplir unos objetivos se supone que difíciles de alcanzar, tanto si se cobran en dinero como en stock options. Y también a las citadas indemnizaciones individualizadas por resolución de mutuo acuerdo de la relación laboral, indemnizaciones que no están exentas del IRPF como las de los demás trabajadores. El proyecto de Ley de Economía Sostenible establecía un límite para beneficiarse de esta reducción en 600.000 euros, y el debate se centraba en cuándo se iba a aplicar y en si iba a ser retroactivo. Pero la vicepresidenta Elena Salgado se descolgó el viernes pasado con recorte a la mitad de ese tope, es decir, hasta 300.000 euros. Se desincentiva el crecimiento "Este límite implica un ahorro máximo de 54.000 euros si se perciben más de 300.000 euros, lo cual es ridículo y supone cargarse de facto este beneficio fiscal", añaden en el bufete citado. Otro experto considera que "no tiene sentido poner esta limitación de cantidad y mantener a la vez la condición de que no deben reiterarse en el tiempo; si no puedes cobrar más de 300.000 euros en un año, al menos que el importe se pueda prorratear en varios ejercicios". Más allá de estas cuestiones concretas, el efecto de estas medidas es "desincentivar la asunción de responsabilidades por parte de los directivos españoles, algo que es muy negativo para el país en un mundo tan global y competitivo, y que acabará traduciéndose en menos empleo si las empresas no crecen", sentencia este segundo experto.
La reforma fiscal cruje a los directivos al afectar al salario, bonus e indemnizaciones
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