Habrá límites más estrictos a las aportaciones a planes de pensiones

La reforma fiscal que aprobará el Gobierno el próximo viernes fijará nuevos límites para aplicar la reducción por aportaciones a planes de pensiones. Actualmente, los contribuyentes tienen, con carácter general, derecho a rebajar su base imponible en el IRPF hasta 10.000 euros anuales por el dinero destinado a la jubilación. El umbral aumenta hasta los 12.500 euros para los contribuyentes con más de 50 años. Hacienda reconoce que son cifras muy elevadas y cuyo efecto práctico es discutible en la medida en que la aportación media se sitúa en 1.375 euros anuales. Este es el argumento que esgrimirá Hacienda para rebajar los umbrales. De hecho, se trata de una de las propuestas que estaban incluidas en el informe de los expertos para la reforma fiscal. Bruselas critica este incentivo y cree que debería desaparecer por tener "efectos regresivos y falsear la composición del ahorro". Hacienda rechaza este extremo. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió ayer en la reunión con representantes sindicales la necesidad de fomentar el ahorro a largo plazo, una medida que es posible sin necesidad de primar los incentivos a los planes de pensiones. De hecho, se baraja la posibilidad propuesta por los expertos de que otros productos puedan acceder a los incentivos fiscales hoy reservados a los planes de pensiones. Por otra parte, si bien Montoro es favorable a medidas que apoyen el ahorro para la vejez, ya ha manifestado que el objetivo puede lograrse también a través de la negociación colectiva y no solo mediante beneficios fiscales. Durante la reunión con los representantes sindicales, Montoro también señaló que la reforma fiscal mantendrá el carácter dual del impuesto, es decir, un tratamiento distinto para las rentas salariales y las del capital. En el tramo del ahorro, los primeros 6.000 euros de beneficio tributan ahora al 21%, entre 6.000 euros y 24.000 euros se aplica un gravamen del 25% y, por encima de ese nivel, el tipo alcanza el 27%. En principio, la legislación actual contempla que, a partir del próximo año, el número de tramos se rebaje a dos y con tipos del 19% y del 21%. Si bien la idea es que la rebaja fiscal en las rentas salariales tenga también su reflejo en los rendimientos del ahorro, la estructura impositiva no está decidida. En cualquier caso, Montoro se muestra partidario de que se mantenga la actual penalización fiscal que sufren las plusvalías generadas en menos de un año y que la ley vigente obliga a tributar como rentas del trabajo. Ello implica soportar una mayor carga fiscal. Más allá del tratamiento a las rentas del ahorro, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, señaló ayer que su "impresión", tras escuchar a Montoro, es que el Gobierno no subirá los impuestos especiales al tabaco y al alcohol. Si bien es cierto que las subidas fiscales en este tipo de impuestos no suelen comunicarse con anterioridad para evitar el adelanto de compras de los productos afectados, diversas fuentes confirmaron que el Ejecutivo no tiene intención de elevar los tributos especiales

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