Gipukoa incluirá algunos cambios fiscales diferentes a Álava y Bizkaia

La aprobación de los Presupuestos se completará con una modificación de la normativa tributaria que pretende aliviar a los colectivos más perjudicados por la crisis, como son los desempleados y los pensionistas. Así, las diputaciones aprobarán una nueva deducción en el Impuesto sobre la Renta del año 2011 y que será equivalente al 1% de los ingresos por pensiones o percepciones por desempleo. Esta deducción, que tendrá un límite de 200 euros, sólo la podrán aplicar quienes obtengan ingresos inferiores a los 20.000 euros anuales. Así, se ha calculado que cada pensionista deducirá como media unos 150 euros, mientras que en el caso de los parados la rebaja se acercará los 34 euros. Los beneficiados, sin embargo, tardarán bastante tiempo en notar en sus bolsillos este regalo en forma de impuestos. Aunque entrará en vigor el próximo 1 de enero, la deducción se hará efectiva en la declaración del IRPF correspondiente al ejercicio de 2011, que los contribuyentes realizarán en la primavera de 2012. Por otra parte, Gobierno y diputaciones han confirmado su intención de adaptar las tablas de gravamen del IRPF a la evolución de los precios, con una deflactación del 2%. Con ello se evita que la inflación provoque un aumento de la presión fiscal en los contribuyentes. En este caso no habrá que esperar a la declaración de la primavera de 2012, ya que las diputaciones se han comprometido a adaptar las tablas de retenciones -las que se aplican mensualmente a asalariados y pensionistas- a partir del próximo mes de enero. Sin embargo, la Diputación aprovechará también para aplicar sus reformas «made in Gipuzkoa». Así, eliminará el sistema de tributación por módulos al que se acogen los autónomos de algunos sectores, al entender que no tributan lo que les correspondería por su nivel de ingresos, e incentivará fiscalmente la participación de los trabajadores en las empresas. Así, aprobará cuatro propuestas, entre las que se incluye una reducción en la cuota del IRPF a los trabajadores que adquieran acciones de su propia empresa.