El FMI alerta de que España necesita más ajustes fiscales.

Aquella cuestión era toda una patata caliente; "¿Cómo valoran la situación de España?". La pregunta fue pasando de mano en mano en la mesa de presentación del Informe sobre Vigilancia Fiscal del FMI. El director del departamento de asuntos tributarios susurraba al conejero del mismo gabinete... para acabar derivando la pregunta al jefe de división del departamento de finanzas públicas del Fondo. Paolo Mauro, solo ante el peligro, quiso primero apoyar a España, en esa especie de campaña que mantiene el organismo para dar una buena imagen de los países periféricos. Sí, el FMI valora los esfuerzos realizados por el país y, de hecho, las reformas en salarios, pensiones y la subida del IVA le valen una mejora de sus previsiones de déficit para 2011 y 2012 de cuatro décimas, hasta el 6,2% este año y el 5,6% el próximo. "Es uno de los dos ajustes más importantes de las economías avanzadas", pues sólo es superado por Eslovaquia, explicaba Mauro. "Esto es muy positivo, porque la respuesta del Gobierno ha sido fuerte y así lo han reconocido los mercados". Pero las cifras que hay encima de la mesa muestran que el esfuerzo no es suficiente par cumplir con las exigencias de la UE. Zapatero se ha quedado corto con sus reformas, pues se aleja el objetivo de dejar el saldo deficitario en el 3% en 2013. Ni siquiera en 2016 será posible, cuando el FMI estima un 4,6%. Unos números confirman el incómodo temor: "España no está fuera de la zona de peligro, el ajuste fiscal debe continuar". Es la fórmula que usa el FMI para poner nombre al miedo que se cierne ahora sobre la economía nacional: serán necesarios nuevos ajustes por la vía del gasto o de los impuestos para poder reducir el déficit tanto como marcan las leyes presupuestarias. El Pacto de Estabilidad europeo fija un techo máximo del 3% del agujero en las arcas. En 2013 se acaba el permiso dado por Bruselas para superar esa cifra. Y el que no cumpla, se enfrenta a las duras sanciones que está estudiando la UE. La multa sube si se tiene en cuenta que tampoco se cumple en materia de deuda, que pasará del 60,1% del PIB de 2010 hasta el 63,9% este año, al 67,1% en 2012 y hasta el 76% en 2016. España necesitará sólo en 2011 el 19,3% del PIB para financiar los vencimientos de su deuda y sus necesidades fiscales. Esa factura se sumará a la que suponga el déficit, pues, de promedio, se situará en 60.000 millones durante los próximos cinco años, alcanzando incluso los 67.250 millones en 2011. Comunidades autónomas. Con este agujero, el equipo de Goberno actual deja hipotecado a los próximos inquilinos de la Moncloa por culpa de la falta de atino de los cálculos comunicados a Europa, en los que Zapatero espera reducir su desequilibrio al 6% en 2011 (dos décimas más optimista que el Fondo), al 4,4% en 2012 (1,2 puntos de diferencia) y al 3% en 2012 (dos puntos). La brecha se amplía. El Fondo también escurrió la patata caliente al analizar esta discrepancia. Sí dijo que el Ejecutivo está "comprometido" con la rebaja del déficit, como muestra, en su opinión, el "paso importante" de la reforma "excepcional" de las pensiones. El Ministerio de Economía, por su parte, prefirió ignorar las previsiones del Fondo, pues asegura que su objettivo del 3% es "prioritario e incondicional". "Lo haremos sin lugar a dudas", señalaba el secretario de Estado de Hacienda, Jose Manuel Campa. El plato fuerte de la reducción del gasto tendrá que venir de las comunidades autónomas. No es la primera vez, ni parece que será la última, que el Fondo reclama más reformas a los gobiernos regionales, pues está preocupado por sus altos niveles de endeudamiento.

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