Así se calcularán las pensiones de jubilación a partir de 2022

El año 2022 será uno de cambios en el sistema de pensiones español. A las novedades de la reforma ideada por José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se añaden modificaciones que atañen a aspectos tan importantes como el cálculo de las pensiones de jubilación.

A partir del 1 de enero, los trabajadores verán afectados varios de los aspectos que se toman en cuenta a la hora de calcular la cuantía de la jubilación. Al margen de las novedades en los coeficientes reductores de las pensiones de las personas que se acogen a la jubilación anticipada, todos aquellos trabajadores que se jubilen bajo la modalidad ordinaria tienen que prestar atención a nuevas referencias.

Todos los cambios tienen que ver con la reforma de las pensiones de 2011, en los últimos meses del Gobierno del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y que ampliaba la edad de jubilación y los requisitos de cotización para acceder a las pensiones de forma progresiva en un calendario previsto hasta 2027.

El primero de los cambios que contempla la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social es el aumento de la edad de jubilación ordinaria. Los trabajadores que quieran jubilarse deben hacerlo a partir de los 66 años y dos meses si tienen menos de 37 años y seis meses cotizados. Solo los que lleguen a esa cantidad podrán jubilarse a los 65 años de edad.

De un año para otro, suben tanto la edad de jubilación (66 años en 2021) como la cotización de referencia para determinar qué trabajadores se jubilan antes y cuáles tienen que esperar (en 2021 es de 37 años y tres meses). El recorrido que marca la ley es que cada año estos dos índices suban hasta que finalmente en 2027 la edad de jubilación sea de 67 años para los trabajadores que no lleguen a 38 años y seis meses de cotización y de 65 años para el resto.

Teniendo clara la edad de acceso a la jubilación ordinaria, el trabajador debe saber que se modifican dos aspectos más: el número de años que se tiene en cuenta para elaborar su base reguladora, así como el divisor que se aplica a las bases de cotización de ese periodo.

A partir de 2022, la base reguladora (que marca la cantidad de una pensión) se compondrá de las bases de cotización de los últimos 25 años (300 meses) y el divisor que se aplicará de 350. En 2021, se cuentan los últimos 24 años y se les aplicaba un divisor de 336. En este caso, se trata de la etapa final de esta parte de la reforma de 2011 y, por el momento, no se prevén mayores cambios en años posteriores.

Otros de los campos a tener en cuenta para calcular la pensión permanecen sin cambios. Es el caso de los años que hay que trabajar para tener derecho al 100% de la base reguladora, así como el porcentaje de esta que se consigue por cada mes trabajado.

Por lo tanto, el trabajador necesitará cotizar 15 años para tener derecho al 50% de la base reguladora o la pensión mínima, y durante los 106 meses siguientes tendrá un 0,21% extra por mes trabajado, sumando en los 146 meses siguientes un 0,19% extra por mes. Esto supone que en 2022 el trabajador que se quiera jubilar con el 100% de la base reguladora debe trabajar al menos 36 años.

El recorrido marcado para estos referentes es que en, tras cambiar en el periodo 2023-2026, a partir de 2027 los trabajadores tengan que cotizar 37 años, uno más que en la actualidad, para tener derecho al 100% de la base reguladora.

Cambios en la jubilación anticipada

El método de cálculo de las pensiones también se verá cambiado para los trabajadores que decidan prejubilarse. Estos cambios sí tienen que ver con la reforma Escrivá que pretende incentivar la permanencia de los trabajadores en el mercado laboral con un nuevo sistema de los coeficientes reductores que merman la cuantía de la pensión de jubilación de esos trabajadores que se jubilan de forma anticipada.

Así, si se aprueba la ley en vía parlamentaria, los coeficientes pasarán a ser mensuales y a aplicarse directamente sobre la cuantía de la pensión y no sobre la base reguladora. Estos coeficientes mejoran la pensión de los trabajadores en la mayoría de los casos (especialmente entre los 13 y 19 meses de adelanto), pero penalizan las prejubilaciones con más meses de anticipo y las que se producen cerca de la edad ordinaria de jubilación.

Los trabajadores que se prejubilan tras el cese involuntario en el trabajo (lo que se conoce como despidos por situaciones de reestructuración empresarial) también tendrán cambios en sus coeficientes reductores: se mejoran los coeficientes de los últimos seis meses y se permite usar los coeficientes de la jubilación ordinaria en las situaciones en que sean más beneficiosos.

Fuente: www.eleconomista.es

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