Así cambiará el sistema de pensiones con la nueva reforma

El Gobierno ha llegado a un acuerdo con Bruselas para que acepte una reforma de pensiones consensuada entre los socialistas y Unidas Podemos, por un lado, y todo apunta que también se sumarán al pacto los sindicatos; no así los empresarios, a los que se les incrementarán sustancialmente las cotizaciones que abonan a la Seguridad Social en los próximos años para financiar el incremento de gasto que supondrán las nuevas medidas. El acuerdo de Gobierno y con Bruselas desatascaría también, en principio, la tramitación parlamentaria.

Esta segunda fase de la reforma está orientada fundamentalmente a incrementar los ingresos del sistema para poder costear un gasto creciente en pensiones determinado por la revalorización de las pensiones por ley con el IPC; por la mejora de las carreras de cotización de los trabajadores, que generan pensiones más altas; y el mayor número de pensionistas que llegarán a la jubilación entre mediados de esta década y 2050. Si bien, también incluye una serie de cambios orientados a mejorar la cuantía de algunas pensiones.

Así, las tres novedades principales que incluye la reforma son las siguientes:

Mejoras de pensiones

En primer lugar, el cambio que más podría afectar a los futuros jubilados consiste en modificar la fórmula de cálculo de la pensión, de forma que los pensionistas puedan elegir entre tomar los últimos 25 años cotizados --como exige la ley actual-- u optar por tomar los últimos 29 años de cotización y desechar los dos peores años de cotización (se tomarán 27 años efectivos). La Administración elegirá de oficio la fórmula más ventajosa para el futuro jubilado. Este sistema dual convivirá hasta el año 2044, cuando se mantendrán el modelo de 27 años de cotización. Esta última posibilidad se desplegará progresivamente durante 12 años a partir de 2026, según fuentes del Ministerio de Seguridad Social.

Asimismo, habrá mejoras de las cuantías de las pensiones mínimas, tanto las contributivas como las asistenciales. Estas prestaciones no subirán más que el resto, pero “se establece un mecanismo complejo para que su incremento permita que las personas que las cobran abandonen el territorio de la pobreza”, indican desde el Ministerio de Trabajo. Dicho mecanismo establece que en 2027 las pensiones mínimas contributivas de los mayores con más de 65 años con cónyuge a cargo tienen que crecer hasta alcanzar un 60% de la renta mediana de los hogares. Mientras que la mínima asistencial deberá ser del 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.

También supondrá una mejora de las pensiones de aquellos trabajadores con carreras más irregulares, la ampliación de la denominada cobertura de lagunas (periodos intermitentes no cotizados en una vida profesional). Se mantiene que los vacíos de cotización se compensen con el 100% de la base mínima los primeros 48 meses (cuatro años), y con el 50% de la base mínima a partir del mes 49. Pero se añaden para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, el 100% de la base mínima entre el mes de vacío 49 y el 60 (esto es, el quinto año) y el 80% de la base mínima entre el mes 61 y el 84 (ampliándose esta cobertura de lagunas para las mujeres del cuatro a siete años), indican en Seguridad Social tras reunirse con patronal y sindicatos.

Asimismo, se mejorará el complemento por brecha de género. En principio se incrementará un 10% en 2024 y otro 10% en 2025.

Medidas para aumentar los ingresos

Al tiempo, llegan tres novedades orientadas exclusivamente a incrementar los ingresos. Por un lado, se acometerá una eliminación progresiva de los límites de la cotización a la Seguridad Social, que ahora hacen que solo coticen los salarios por debajo de los 54.000 euros al año. Esta eliminación --conocida en el argot laboral como destope-- se hará entre 2024 y 2050. Cada año se sumará a la cuantía anual del IPC otra cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales. Este incremento de las bases repercutirá en un incremento de las pensiones mínimas pero en menor proporción. En concreto, las pensiones máximas se revalorizarán año con la cuantía anual del IPC, más un incremento adicional del 0,0115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050. A partir de 2025 y hasta 2065 habrá incrementos adicionales que no han precisado los negociadores.

La segunda de estas medidas será reforzar el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), aprobado en la primera fase de la reforma. Este mecanismo consiste en una recarga del 0,6% sobre las cotizaciones (0,5% a cargo de la cuota empresarial y 0,1% a cargo del trabajador). Este incremento de las cotizaciones se irá incrementando con este mismo reparto una décima al año hasta duplicarse y colocarse en el 1,2% en el año 2029 (a un ritmo de subida de una décima cada año).

Y, en tercer lugar, se creará una “cuota de solidaridad” que se aplicará solo a la parte del salario que no cotice (esto es, a la que quede por encima de la base máxima de cada año, fijada en 2023 en 53. 946 euros al año). Esta cuota será de un 1% a partir del 2025 y aumentará 0,25% cada año hasta 2045, año en el que será del 6%.

Con todas estas medidas, el Gobierno ha calculado que el gasto en pensiones sobre el PIB, que ronda el 12% en la actualidad, se disparará al 15,5% en el pico de jubilaciones del baby boom, algo que se producirá entre 2045 y 2050. Para financiar estos tres puntos de diferencia, fuentes del Ejecutivo aseguran que las medidas de esta segunda fase de la reforma (destope de bases máximas; refuerzo del MEI y cuota de solidaridad) costearán 1,2 puntos. El resto se costeará con el conjunto de la reforma, algo que parece improbable solo con los incentivos a la prolongación de la vida laboral aprobados en la primera parte de la reforma.

Fuente: www.cincodias.com

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