Montoro abre la puerta a que se aplique el tipo máximo de IRPF desde 120.000 euros

De acuerdo con los expertos fiscalistas consultados, lo más probable es que dicho recorte implique que el gravamen máximo deje de aplicarse, como ahora, al segmento de la renta que supera los 300.000 euros y pase a gravar las ganancias a partir de 120.000. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dio ayer una nueva pincelada sobre la reforma fiscal que presentará el mes que viene. El titular de Hacienda anunció desde Málaga que, en 2015, el IRPF se verá simplificado, de manera que reducirá su número de tramos desde los siete actuales a cinco. Así, resulta previsible que se alcance ese nivel mediante la supresión de dos escalones creados por otros tantos Gobiernos de diferente ideología. Así, el séptimo tramo entró en vigor en 2012 por mandato del Ejecutivo de Mariano Rajoy, dentro de la estrategia de subidas de impuestos generalizadas con la que comenzó la todavía inacabada legislatura. Ya antes, en 2011, cuando la situación financiera de las Administraciones españolas hacía aguas de forma clara, el entonces presidente José Luis Rodríguez decidió combatirla sumando dos nuevos tipos marginales: entre 120.000 y 175.000 euros el primero (con un tipo del 49 por ciento); entre 175.000 y 300.000, el segundo (51 por ciento de contribución). Este último es el que también acumula muchas posibilidades de desaparecer. Ahora bien, de acuerdo con lo que ayer adelantó Montoro, su reforma fiscal no llegará más lejos en lo que a la simplificación del IRPF se refiere. En otras palabras, no es su intención volver a los cuatro segmentos vigentes antes de 2011, tal y como le recomendó, en marzo pasado, el grupo de expertos comandado por el catedrático Manuel Lagares y otras agrupaciones como la Asociación Española de Asesores Fiscales. Lagares y sus sabios recomendaban también a Montoro que la reducción de tramos en el impuesto sobre la renta (en la cuantía que sea) no fuera sola y se acompañara de una rebaja del tipo marginal máximo vigente. Un gravamen récord en la UE Actualmente, los segmentos de renta que superan los 300.000 euros anuales están gravados al 52 por ciento, un porcentaje que bate marcas en Europa. De hecho, la media de la zona del euro se halla en el entorno de los 44 puntos porcentuales y, por países, solamente hay dos que superan a España (Suecia, con el 56,6 por ciento, y Dinamarca, con el 55,4) y uno que lo iguala: Holanda (consultar la información gráfica adjunta). Es más, si se tienen en cuenta los tramos fijados en las comunidades autónomas, el gravamen se dispara. De hecho, en el caso de Cataluña, el tipo máximo del Impuesto sobre la renta se encarama a los 56 puntos porcentuales, es decir, uno de los más altos de todo el mundo y sólo comparable, dentro del Viejo Continente, con el nivel alcanzado por los suecos. Prestando atención a Lagares Es más que probable que Montoro siga esta recomendación de Lagares, ya que carecería de sentido que la reducción de tramos del IRPF supusiera ampliar el ámbito de aplicación del tipo máximo vigente actual del 52 por ciento. Ayer en Málaga Montoro no entró en detalles sobre cuáles son sus planes a este respecto y, desde luego, tiene margen de recorte hasta quedar alineado con la media europea. Situarse en esa posición implicaría volver a la situación previa a 2011, cuando el gravamen de mayor cuantía no pasaba de los 43 puntos porcentuales. Los expertos no ven factible que Hacienda esté dispuesto a llevar a cabo un recorte de esa envergadura. Es demasiado lo que está en juego en relación al IRPF, el tributo cuya recaudación ha aguantado, con diferencia, mejor la crisis, frente a los desplomes que ha sufrido especialmente la tributación indirecta. Además, a este respecto, el ministro de Hacienda no dudó a la hora de reiterar que la reforma fiscal no tendrá nada que ver con nuevas subidas del IVA, por mucho que varios expertos, entre ellos el propio Lagares, hayan clamado en pro del "sacrificio" de subir los impuestos sobre el consumo para compensar la caída de ingresos que implicaría una rebaja de las cotizaciones sociales que impulsara la creación de empleo. Tipos mínimos Con todo, Montoro no puede limitar su actuación a una reducción de tramos y a una rebaja del tipo máximo en el IRPF, si no quiere que esa figura impositiva pierda progresividad, es decir, se vuelva más injusta en la medida en que perdería sensibilidad a la hora de discriminar quién tiene que pagar más en función de lo que ingresa. En otras palabras, hay que actuar también sobre los contribuyentes que se sitúan en los escalones más bajos de renta. Caben, desde este punto de vista dos acciones. Por un lado, hay margen para bajar el tipo mínimo del IRPF. Actualmente, aquellas personas con ganancias no superiores a 17.707 euros brutos al mes tributan al 24,7 por ciento. De acuerdo con el informe Lagares, de marzo pasado, el gravamen más bajo se tendría que situar en las proximidades del 20 por ciento. Por otro lado,también existe la posibilidad de incrementar las pérdidas de progresividad mediante un aumento de las rentas que se encuentran exentas completamente de presentar su declaración a la Agencia Tributaria. El Gobierno ya ha adelantado que el límite subirá hasta 12.000 euros.

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